Traidor

Traidor
Evitando el ablande.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Nidera S.A.

Descubren un campamento de trabajo esclavo en San Pedro

La justicia de San Nicolás, con la asistencia del Ministerio de Trabajo bonaerense, allanó un campo de 2000 hectáreas, en el distrito de San Pedro, donde descubrió que 60 chicos y 120 mayores estaban siendo utilizados como mano de obra esclava. Las víctimas vivían en dos campamentos agrupadas en casillas para dieciocho personas, no tenían baño ni cobraban una remuneración. El director de Higiene, Seguridad y Riesgo de Trabajo, Alberto Castiñeira, dijo que los inspectores constataron que los peones “que realizaban una actividad manual, el desflorecimiento del maíz habían sido instalados debajo de dos montes cercanos al cultivo, donde realizaban su ingesta y dormían bajo los árboles o en casas de chapa”. La mayoría sería oriunda de Santiago del Estero y habrían sido convocados por la empresa Nidera.  Por este hecho, ayer, al menos siete personas fueron detenidas y al cierre de esta edición se aguardaban nuevas detenciones.

Fuentes de la investigación dijeron a La Nacion que las 180 personas que estarían siendo utilizadas como trabajadores esclavos destinaban todo lo que supuestamente ganaban a pagar las compras que hacían a los proveedores. Como en pleno siglo XIX, los proveedores visitaban periódicamente el campamento para vender alimentos, muchos de ellos vencidos y pertenecientes a paquetes entregados en bolsones de planes sociales, que eran cotizados al triple de lo que valen en cualquier comercio.


El operativo ocurrió en la estancia El Algarrobo, ubicada en las inmediaciones del paraje Beladrich, a 30 kilómetros de la ciudad de San Pedro. La propiedad, según voceros de la cartera de trabajo provincial, había sido rentada a la empresa de granos Nidera SA, que ahora deberá responder por estas 180 personas.
"Se pudo constatar que los propietarios del campo tenían todo en blanco y en regla. Pero la empresa Nidera, que explota la tierra, deberá pagar una multa de 5000 pesos por cada trabajador en negro. Es decir deberá pagar una sanción total por $ 900.000", dijo un vocero del Ministerio de Trabajo bonaerense.

Consultado por La Nacion, un vocero de Nidera SA dijo que por el momento la empresa no iba a formular declaraciones.

La investigación fue realizada por el fiscal Rubén Giannorio, titular de la UFI N° 6 de San Nicolás, que caratuló la causa como reducción a la servidumbre.

"Durante el procedimiento se detectó a 60 chicos trabajando y a 120 mayores empleados en forma informal", se precisó en un comunicado de la cartera laboral bonaerense.

"Estas inspecciones forman parte de la continuidad de la tarea inspectiva propuesta por el gobernador Scioli a fin de verificar que no haya niños trabajando. El propósito también es que los trabajadores desempeñen sus tareas en un marco de buenas condiciones de salud y seguridad para lograr en definitiva que ese trabajo que se fomenta sea decente", comentó el subsecretario de Trabajo bonaerense, Carlos Molina.

Durante el allanamiento los agentes del Ministerio de Trabajo descubrieron que los chicos que trabajaban en ese campo manipulaban agroquímicos sin ninguna precaución.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El buen empresario argentino

Por José Natanson
Con una trayectoria económica cuestionada y una larga serie de denuncias en su contra, Franco Macri decidió que había llegado el momento de decir sus verdades. Y lo hizo en El futuro es posible. Mi experiencia de medio siglo como empresario en la Argentina (Planeta), un intento tardío y tedioso de un empresario cuestionado por plantearse como un hombre de negocios emprendedor, incomprendido y desarrollista.

“Soy Francisco –Franco para todo el mundo– Macri, un empecinado empresario argentino. No faltan quienes no me dan derecho a la defensa, y eso no es justo. He vivido librando batallas, a veces como un gladiador solitario en medio de la arena del circo, adaptándome a lo inesperado, basado en mi decidida vocación de multiplicar mis empresas y mis empleados, como todo empresario desea.”

Así comienza el increíble libro de Franco Macri, una biografía corta, con algunas anécdotas y hasta propuestas, que justifica su publicación por motivos de autodefensa. “He sido objeto de calumnias. Todavía pretenden acosarme con campañas maliciosas en mi contra o contra mis empresas. He padecido la envidia ciega de aquellos que no se esfuerzan, que no arriesgan”, se queja en la introducción.

La larga historia de sus padecimientos está salpicada, muy de tanto en tanto, con algunas ideas. Las hay irrefutables: “Vivimos en un mundo interrelacionado” (título del capítulo 5). Otras notablemente modestas (“Soy un emprendedor empecinado”). Y algunas inverosímiles: “Nunca despedí a nadie” (subtítulo del capítulo 6).

Su historia quizá no sea tanto la de un empresario audaz, sino la de uno hábil para amoldarse a cada momento político, siempre a expensas del Estado: el Grupo Macri se benefició con la nacionalización de la deuda privada en 1982, con los contratos de Manliba en la dictadura, con la protección a la industria automotriz en el alfonsinismo y con las privatizaciones en el menemismo. Es, sin dudarlo, un empresario nacional, ya que consiguió nacionalizar su deuda en 1982 y pesificarla en el 2002. Franco, al igual que su hijo Mauricio, llegó a estar procesado por contrabando: la Corte menemista los sobreseyó y el fallo fue uno de los que se utilizaron para desplazar a los jueces de la mayoría automática.

Con semejantes antecedentes, es natural que Macri dedique varias páginas a defender sus dos negocios más cuestionados. El primero es la contratación de Manliba por la municipalidad porteña en 1979 y la denunciadísima renovación del contrato en 1990, decidida a través de un decreto de Carlos Grosso, que hasta poco tiempo antes había trabajado en Socma. “Una empresa cumplidora y eficiente había sido perseguida y perjudicada, por años, sin motivos reales y confesables”, es la versión de Franco.

La segunda defensa es la del caso del Correo, cuya concesión el gobierno de Néstor Kirchner decidió cancelar a raíz de una curiosa razón: hacía cuatro meses que el empresario empecinado no pagaba el canon. Para Macri, fue el Gobierno el que lo forzó incumpliendo los acuerdos de privatización.

Hay algo curioso en todo esto. Tanto en el caso de Manliba como en el del Correo, Macri sostiene que se involucró de buena fe en negocios con el Estado, que no respetó los contratos: aunque no lo dice con todas las letras, insinúa que terminó perdiendo dinero. ¿Cómo fue que un buen empresario, que amasó semejante fortuna, se dejó embaucar por el Estado bobo? Quizás haya sido por los “principios básicos” que orientaron su trayectoria: “seriedad y honestidad para cumplir con los compromisos profesionales, riguroso cumplimiento de las obligaciones tributarias y las cargas sociales y tratar con los gobiernos lo indispensable para defender la propia actividad”.

Cargado de contradicciones (Macri refunfuña en diferentes momentos por la excesiva intervención pública en la economía y después se queja de que el Estado no cumplió su rol de regulador en el caso del Correo), el libro tiene una gran ventaja, su brevedad, y debe ser leído como un panfleto autojustificatorio y quejoso. Igual, parece que tan mal no le va: él mismo se encarga de enumerar las distinciones que recibió a lo largo de su vida (entre las que figuran la de Empresario del Año, Ejecutivo Latinoamericano del Año y Empresario de la Década) y de describir en una frase el momento que atraviesa: “Me encuentro en una etapa madura, plena de satisfacciones”, reconoce al final.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Ha fallecido el líder comunitario Juan Morris Durán

A primeras horas de la mañana de este sábado, falleció en el Centro Médico Guadalupe de aquí, uno de los grandes defensores de los derechos de los ciudadanos mocanos y de país, Juan Morris Durán.


Por muchos años presidente de la Unión de Juntas de Vecinos de la Provincia Espaillat y quien con su lucha denunciaba constantemente el narcotráfico en los barrios y campos, ganando algunos enemigos en defensa de las grandes mayorias.

Morris Durán no conocia el miedo, lo demostraba cada vez que tenía que denunciar algun alto militar cometiendo malas acciones, políticos corruptos, puntos de ventas de drogas, policias abusadores y otras acciones que iban en contra de las buenas costumbres de nuestro pueblo.

Morris padecia de la prostata y de diabetes, enfermedades que se combinaron, para terminar con la vida de uno de los grandes defensores con que ha contado esta provincia en la últimas décadas.

Sus parientes en Argentina lloran su partida.

Dios tiene seguro un lugar muy especial para este humilde y aguerrido hombre del pueblo. EPD